
No cabe duda que el área de Ciencias naturales desde la filosofía es una de las más conocidas e implementada, sin embargo, he notado que apesar de eso, muchos aún se pierden entre la vasta y variada información y la «perfección artística» que erróneamente se relaciona con los diarios de naturaleza. Me encantaría también hacer énfasis en la importacia de no adelantarnos en el proceso y permitir que los chicos adquieran de primera mano esa relación directa con la naturaleza, para luego invitarles al estudio concienzudo y sistemático que ésta requiere.
En primer lugar, me gustaría describir cómo se designaba el área de «Ciencias naturales» en los programas de la señorita Mason y cuál era su secuencia a lo largo de los años formales.
Bajo el término de «Historia natural» encontramos todo lo relacionado con las ciencias, así como las actividades y libros que incluyen conocimientos sobre la naturaleza, estudios especiales, diarios de naturaleza y todos los recursos para estos temas. También bajo este término se incluyen las áreas como la química, la física, la geología, anatomía, etc.
A continuación una tabla para visionar los elementos que componen esta bella asignatura de Historia natural, que también podemos llamarle como más la conocemos en nuestro círculo hispanohablante, Ciencias naturales:
Libros Vivos:
En esta categoría podemos incluir los libros «idealmente» desarrollados por naturalistas que fomentan el deseo y el interés de los estudiantes por observar y descubrir en su propio ambiente.
«El verdadero uso de los libros de los naturalistas es dar al niño una mirada deliciosa al mundo de maravillas en el que vive, revelar el tipo de cosas que pueden ser vistas por ojos curiosos y llenarlo de deseo de hacer descubrimientos por sí mismo.» (Vol. I, pág. 64)
En este grupo también incluímos los libros de Ciencias formales que se seleccionan a partir del Año 4. Las Ciencias formales pueden incluir las áreas de astronomía, física, química, geología, etc, organizadas de tal manera que por año o trimestre el estudiante pueda estar expuesto a una variedad de temas de diferentes áreas. Es en esta etapa dónde también se incursionan en los experimentos o experiencias científicas acorde a la temática, disponibilidad y disposisión de recursos.
«El único método sólido de enseñar ciencias es permitir una combinación adecuada de trabajo de campo o de laboratorio, con los comentarios literarios y las ampliaciones que ofrece el tema». (Vol. VI pág. 223)
Implementación: Los libros vivos sobre la naturaleza se planifican de forma exclusiva en los Años 1-3, pues, los estudiantes del grupo I aún no realizan ningún tipo de ciencia formal y se continuan usando hasta al menos el Año 8. Luego, apartir del año 4 se complementa con libros de Ciencias formales.
Estudios o temas especiales:
No son más que esos temas individuales de diferentes áreas (plantas, insectos, pájaros, etc) que seleccionamos por temporadas (trimestres o periodos), para guiar algunas de nuestras salidas a la naturaleza, de esta manera nuestros libros vivos pueden estár relacionados con el tema de la temporada, y luego, durante las caminatas de la naturaleza se hace la observación detallada o una lección práctica.
«Se espera que hagan una gran cantidad de trabajo al aire libre … Llevan registros y dibujos en un cuaderno de notas de la naturaleza y hacen sus propios estudios especiales para la temporada en particular con dibujos y notas.» (Vol. 6, pág. 219)
Puede elegir un estudio especial basado en algo en lo que sus hijos estén interesados en la actualidad, y preferiblemente para los más pequeños, lo que esté disponible a la observación y al contacto directo. Aún así el tema de elección no debería ser una camisa de fuerza que impida el interés espontáneo de observar algo más y registrarlo en el diario personal.
En esta categoría pueden entrar los «proyectos de Ciencias naturales» como el cultivo de una semilla, un árbol frutal, la observación de una oruga a mariposa, colección de rocas u objetos marinos, un herbario, etc., ¡las opciones son infinitas!
Implementación: Años 1-3: Exposición amplia y general al mundo natural
Años 4-6: Análisis más detallado de especies específicas
Año 7-12: Comparación entre especies, estudio de ecosistemas generales, profundización en temas de preferencia. Se puede llevar un tema por familia que se profundizaría de acuerdo al nivel de cada estudiante respectivamente.
Estudio de la naturaleza:
Aquí sucede todo el descubrimiento: las caminatas, los diarios de naturaleza, las lecciones objetivas, las visitas al jardín botánico o museos naturales, la identificación de aves y todo la información adicional que el niño obtiene de sus libros de referencia.
«En una tarde de la semana, los niños (de la Escuela Practicante) van a dar un ‘paseo por la naturaleza’ con sus maestros. Notan algo por sí mismos, y el maestro da un nombre u otra información tal como se le solicita, y es sorprendente la cantidad de conocimiento que adquiere un niño de nueve o diez años. Los maestros tienen cuidado de no hacer de estos paseos por la naturaleza una oportunidad para la instrucción científica, ya que deseamos que los niños presten atención a la observación con muy poca dirección. De esta manera, almacenan esa reserva de “información común” que Huxley consideraba debería preceder a la enseñanza de las ciencias; y, lo que es mucho más importante, aprenden a conocer y deleitarse en objetos naturales como en los rostros familiares de amigos.[…]En estos paseos se utilizan la geografía, la geología, el curso del sol, el comportamiento de las nubes, las señales meteorológicas, todo lo que el “cielo abierto” tiene para ofrecer, pero todo es incidental, fácil, y las cosas se notan a medida que ocurren. Es probable que en la mayoría de los vecindarios haya naturalistas que estén dispuestos a brindar su ayuda en los “paseos por la naturaleza” de una escuela determinada» . (Vol. III, pág. 237)
Implementación: Todos los años.
Lecciones objetivas/ Observación guiada
Es un tiempo «implícito» que dedicamos ocasionalmente para observar con más detenimiento algo específico, se puede hacer uso de preguntas “casuales” para ayudar a notar algo que tal vez no vean sin que se les pida. En los primeros años deberían ser tiempos incidentales que se dan con el descubrimiento del objeto:
«Las lecciones objetivas deben ser incidentales; y aquí es donde la familia disfruta de una gran ventaja sobre la escuela. Es casi imposible que la escuela dé lecciones que no sean establecidas; pero este tipo de enseñanza en la familia coincide con la ocurrencia del objeto. El niño que encuentra ese objeto maravilloso y bello, un nido de avispas de ‘papel’, unido a una ramita de alerce, recibe su lección práctica de su padre o su madre» (Vol II, págs. 182, 183).
Para estudiantes más grandecitos, quizás hacer estas preguntas, requiera un estudio simple previo por parte del educador para determinar que objetos y partes del objeto en específico quiere resaltar y que idea o hecho le gustaría aportar.
«Complementamos este ‘paseo por la naturaleza’ con lecciones dirigidas ocasionales, como, sobre las partes de las plantas, sobre la diversidad de alas … pero nuestra principal dependencia son los libros como complemento del trabajo al aire libre». (Vol. III, pág. 237)
Implementación: Todos los años.
Aclaración de la Srta. Mason: «El paseo por la naturaleza no debe ser la ocasión para impartir una especie de miscelánea de información científica[…]Tenemos mucho cuidado de no sobrecargar la memoria verbal con nomenclatura científica. Los niños aprenden sobre el polen, las antenas y lo que no, dicho sea de paso, cuando el objeto está presente y requieren un nombre para ello. Vol. III, pág. 236»
Cuadernos o Diarios de naturaleza
«Diarios de la naturaleza. Tan pronto como pueda mantenerlo, un diario de la naturaleza es una fuente de deleite para un niño. Cada día que camina le da algo para registrar: tres ardillas en un alerce, un arrendajo volando sobre un determinado campo, una oruga trepando por una ortiga, un caracol comiendo una hoja de col, una araña que cae repentinamente al suelo, dónde ha encontrado una hiedra, y ésta cómo estaba creciendo, qué plantas estaban creciendo con ella, y cómo la enredadera y la hiedra son trepadoras. A al niño curioso se le ocurren innumerables asuntos para registrar. Si bien es bastante joven (cinco o seis años), debería comenzar a ilustrar sus notas libremente con dibujos a pincel; al principio, debería tener un poco de ayuda para mezclar colores, pero se le debería enseñar los principios, no darle instrucciones. No se le debería decir que use esto y ahora aquello, sino que «conseguiremos el morado al mezclar esto y lo otro», y luego se le debe dejar solo para que obtenga el tinte correcto. En cuanto al dibujo, la instrucción tiene, sin duda, su tiempo y lugar; pero su diario de naturaleza debería entregarse a la propia iniciativa infantil. Un niño de seis años producirá un diente de león, una amapola, una margarita con sus hojas, impulsado por el deseo de representar lo que ve, con sorprendente vigor y corrección.» (Vol I, pág. 54).
Los estudiantes en las escuelas de la Srta. Mason también mantuvieron una lista actualizada de pájaros y flores que vieron durante todo el año. Los estudiantes mayores y con más experiencia incluían las nomenclaturas científicas de sus hallazgos y estudios, datos para cualquier experimento de naturaleza personal que querían realizar y observar, incluso diagramas y anotaciones personales de los diferentes temas relacionados a sus estudios de ciencias formales. Estos diarios de naturaleza son las narraciones personales de cada estudiante, de lo que ha visto, sentido y lo que para él es importante, todo de su propia iniciativa y no dictado por sus maestros. No se le debería exigir al niño estética, más por la observación y su entrenamiento, sin duda, sus dibujos, y esquemas irán mejorando con el tiempo.
Implementación: Todos los años/práctica de por vida.
Dibujos en píncel en seco (Brush-drawing):
Es una técnica de pintura de acuarela que requiere muy poca agua. Fue fomentada en las escuelas de la Srta. Mason para los diarios de naturaleza. Con frecuencia vemos notas en los programas de las escuelas dónde se recomienda evitar el uso de lápices, y desde el principio motivar el uso del pincel así como se lee en su primer volumen. Para esto tambien se desarrollaban paralelamente clases de pincel seco, pues, el momento de los diarios de naturaleza no debería ser entorpecido por lecciones de dibujo.
«En el dibujo con pincel, el simple trazo o barrido del pincel debe producir la línea o forma requerida sin una línea guía o contorno previo. Requiere una considerable precisión del ojo y el control de la mano, y proporciona un magnífico entrenamiento en el buen criterio. Se adapta esencialmente a la pintura de flores y al trabajo de cuaderno de notas de la naturaleza.» (P.R. Vol. 66, p. 142)
Resumiendo el cuadro anterior, los años no formales, es decir niños hasta los 6/7 años aproximadamente, deberían estar idealmente en contacto con la naturaleza todo el tiempo posible, con algunas recomendaciones muy valiosas que la Srta. Mason nos dejó en su primer volumen, parte II. Disponible para su lectura en línea AQUÍ.
Luego, siguiendo esas recomendaciones, en los primeros años formales los estudiantes leen libros que despiertan su interés sobre el mundo directo que les rodea, empezando desde lo concreto y directamente observable; y luego el niño en los siguientes años formales puede expandir sus estudio hacia otros temas, especies o ecosistemas que no están necesariamente al alcance de sus ojos.
«...no hay parte de la educación de un niño más importante que la que debería establecer por su propia cuenta; a través de la observación se forma una amplia base de hechos sobre el conocimiento científico del futuro. Debe pasar horas diarias al aire libre y, en la medida de lo posible, en el campo; debe mirar, tocar y escuchar; debe disponerse a notar conscientemente, cada peculiaridad del hábito o estructura de las bestias, pájaros o insectos; la forma de crecimiento y fructificación de cada planta. Debe estar acostumbrado a preguntar por qué -¿Por qué sopla el viento? ¿Por qué fluye el río? ¿Por qué un brote de hoja es pegajoso? Y no se apresure a responder sus preguntas; déjelo pensar en sus questiones hasta donde lo lleve su pequeña experiencia...» (Vol I, pág. 264)
También me gustaría compartir algunos extractos del artículo de la revista Revisión de los padres de 1897[1], Vol. 9 titulado: «Orden psicológico de enseñanza con especial referencia a las ciencias naturales» escrito por la educadora Dorothea Beale (directora del Colegio de mujeres de Cheltenha), en dónde sugiere el estudio de las ciencias naturales de forma progresiva y relacionada a la evolución del niño en su desarrollo mental:
«Como lo expresa Rosencranz, se pueden distinguir tres épocas en la vida mental del niño:
I. La intuitiva, uso la palabra con el significado alemán de percepción sensorial.
II. La imaginativa, durante la cual la mente en desarrollo está más acostumbrada a detenerse en las imágenes mentales, es menos pasivo a las impresiones, más activo en evocarlas, en modelarlas de nuevo.
III. La época lógica, durante la cual el impulso es armonizar el mundo exterior y el mundo interior, para encajar todas las cosas en un esquema de espacio y tiempo, de orden y ley.
Los objetos cercanos que los niños pueden tocar, saborear y ver objetivamente, son las primeras cosas que le llaman la atención, esa actividad propia en que la mente se fija en su presa y convierte las percepciones en conceptos; así como la medusa atrapa su presa flotante en sus tentáculos y la absorbe en su sustancia, el niño almacena experiencias y recuerdos que enriquecen todas las percepciones futuras. Podemos preguntarnos cuál es el material de ideas con el que la mente en desarrollo puede trabajar mejor consecutivamente, o si tomamos el mismo material, de qué manera diferente lo trataremos.
BOTÁNICA.
¿Qué tema de estudio sistemático puede ser más adecuado para el niño pequeño que el que alimenta su sentido de asombro y belleza, y que en armonía con su propia naturaleza inquieta, está en constante cambio? ¿En el que se encuentra una variedad infinita con un orden subyacente?
Seguro que el mundo de las flores está especialmente indicado para enseñar a los más pequeños. Cómo los deleitan los colores y las formas: la primera vista de una flor no ha permanecido con muchos de nosotros a lo largo de la vida, como «una alegría para siempre». A nosotros nos toca enseñar a observar, para que los recuerdos no sean meras impresiones vagas, sino nítidas, precisas, duraderas: todos los sentidos deben combinarse para dar unidad y plenitud al concepto sensorial, de modo que el niño puede sentir la belleza, entrar en simpatía amorosa con la naturaleza y perfeccionar ese «ojo interior, que es la dicha de la soledad». Los niños deben ser guiados a crear colecciones, mediante las cuales se puedan repetir y cumplir las primeras observaciones; también deben aprender a dibujar, para que no sólo lo individual, sino lo esencial, lo típico, se aclare; también deberíamos alentar en ellos el deseo de cooperar con la naturaleza para hacer hermosa la tierra, y dirigir los afectos hacia el Dador Invisible de todas las cosas buenas.
Estas son algunas de las razones por las que la botánica en sus formas más simples es un alimento adecuado para el niño. Los nombres difíciles, las intrincadas divisiones en clases y órdenes, la fisiología de las plantas en crecimiento sólo se pueden tocar a la ligera; pero el poder de la observación puede desarrollarse enormemente, y pueden enseñarse los principales hechos de la botánica clasificatoria, y puede darse una enseñanza llena de interés en cuanto a estructura, crecimiento, distribución de semillas, y la relación con el mundo de los insectos. El libro de texto de la Sra. Bell [Science Ladders,y parte de una serie de lecturas de ciencias] es una buena introducción. Cuando hayamos agotado nuestro material, en la medida en que el niño sea capaz de comprender, es mejor pasar a algún tema nuevo; más tarde, cuando la mente esté madura para estas cosas, retomaremos el tema. Los niños que ya han abierto sus ojos serán capaces de ir al campo y anotar las cosas que hayan observado. Diarios que he visto muy bien conservados por los niños del pueblo a los que se enseña en la Casa de Educación de Ambleside. Los niños conocían los diferentes capullos a medida que salían de los árboles, y observaban los tintes delicados y cada vez más profundos, vieron los capullos de las hojas convertirse en hojas y la apertura de las flores.
ZOOLOGÍA.
La botánica elemental, creo, debería ir seguida de un año de zoología, tratada de forma sencilla; el maestro debe detenerse, no en la estructura interna, sino en lo que se presenta a la vista, comenzando con las criaturas vivientes con las que los niños están familiarizados o pueden llegar a conocer: animales domésticos, «bestias» del jardín y estanque, orugas y pájaros, renacuajos y libélulas: deberían visitar a los animales salvajes y observar los hábitos de las criaturas.
Así también se puede fomentar el sentido de responsabilidad hacia aquellos que dependen del niño y están en su poder. El mundo animal está especialmente calculado para desarrollar correctamente las afecciones. El carácter de las personas adultas es demasiado complejo, está muy por encima de su comprensión, y mientras sea dependiente, no debe ejercitarse en observar y hacer una crónica de las acciones de las personas. Es bueno para el niño tener objetos sobre los que pueda ejercer su capacidad de crítica y observación. Especialmente adecuado para las mujeres es el trabajo de observar la vida de los insectos, y hay mundos que debemos descubrir mientras caminamos por nuestro jardín, y tenemos ojos para ver.
ASTRONOMÍA.
Estas dos ciencias ponen al niño en contacto con las cosas de la tierra; a continuación, podría levantar los ojos al cielo. Es un placer para el niño aprender los nombres de las constelaciones y trazar sus formas, notar los movimientos de los planetas, el aspecto cambiante del cielo a medida que pasan los años. El sentido de la grandeza del universo se percata gradualmente en él, y el asombro y la reverencia por el poder y la sabiduría que se revelan en los cielos, preparan el camino para esas enseñanzas más profundas que pertenecen a la religión. Especialmente estimulante es la astronomía para el desarrollo de poderes reflexivos, por el número y variedad de problemas que se sugiere; y, sin embargo, no es del todo desconcertante, porque se puede inducir al niño a sacar conclusiones con respecto a los movimientos y distancias de los cuerpos celestes; muy temprano se le puede mostrar cómo resolver tales cuestiones mediante procesos simples, y así se despertó la pasión matemática; seguramente la mayoría de nosotros puede recordar la primera vez que nuestra alma realmente ascendió al séptimo cielo. Escuché a un matemático describir lo que era para él: cómo a los catorce años huyó de la escuela al campo para estar solo.
GEOGRAFÍA FÍSICA.
¿Y que sigue? Hay algo cerca del niño, que puede tocar, que está a sus pies, un libro mágico con personajes misteriosos, en el que lee de un tiempo infinito; que abra las páginas del gran libro de rocas y recoja las reliquias del pasado. La geología lo ayudará a observar de una manera nueva; la astronomía y la geología (lo uso en el sentido de estudio de la tierra) son más adecuadas que las dos primeras para el comienzo del período reflexivo, porque no hay nada que hacer para alterar los objetos de estas dos últimas ciencias, mientras que nosotros podemos hacer mucho y observar el efecto de nuestras acciones en las plantas y los animales.
La fisiografía, incluida la geología y todo lo que tiene que ver con los fenómenos de la naturaleza, incluida bajo el título de geografía física, reclamaría un curso de dos años, y unificaría las materias ya tratadas: aprenderá muchos hechos de la ciencia física.
Estas recomendaciones son totalmente acorde a todo el proceso de secuencia que sugiere la señorita Mason en su propuesta para los primeros años. Ahora, los niños que se ubican a partir del segundo grupo acádemico (año 4 en adelante) no solo se dedican a la lectura de un libro vivo para el objetivo mencionado anteriormente, sino que, también inicia su exposición a las ciencias formales, es decir, temas formales de astronomía, geología, física, botánica, etc. que se irán rotando semestral, trimestral o en un periodo específico de acuerdo a las necesidades de cada familia y estudiante.
«El estudio de la naturaleza y la botánica con guías de campo continúa a lo largo de todos los años escolares, pero otros campos de la ciencia se realizan término a término». (Vol VI, pág. 264)
La educadora Dorothea Beale continua confirmado esta noción de progreso en el estudio de las Ciencias naturales en su artículo de la revista Revisión de los padres para años más avanzados:
«Y ahora la niña, digamos de unos quince años de edad, con una capacidad cada vez mayor de abstracción y reflexión, y un mayor conocimiento de las matemáticas, estará lista para recibir una instrucción más formal y definida sobre lo que llamamos materia y fuerza: física elemental; podrían seleccionarse los temas de luz y calor, electricidad o química.
BOTÁNICA Y ZOOLOGÍA.
Ahora la niña[…]que comprende algo de física y química; que retome sus primeros estudios y los lleve más lejos, vea los misterios de la vida revelados en la flor, estudie la botánica fisiológica, vea los cambios químicos producidos por los procesos físicos, observe las plantas a medida que crecen y rastree la relación de flores e insectos, plantas y animales: que reconozca que la inteligencia «que todo lo abarca» opera en todos, que ha armonizado no solo las cosas externas, sino la inteligencia de cada criatura viviente, y ha hecho que cada uno sea capaz de conocer más o menos las leyes de su vida y obedecerlos. El instinto religioso que se desarrolla y se profundiza encontrará expresiones del cielo en estas cosas terrenales, oiga la voz de Dios entre los árboles del jardín. Más tarde aún, podemos pasar al templo interior, tratar la fisiología, mostrar cuán maravilloso es el tabernáculo viviente del alma, cuán apropiado para nuestra morada temporal.
LEYES DE SALUD.
Algunos objetan que la fisiología no debe estudiarse porque involucra a todo el círculo de las ciencias, mientras que otros la consideran la rama más necesaria y fundamental de la instrucción. […] y todos sabemos cómo es importante para quienes se están convirtiendo en mujeres, que el tema sea tratado con la sabiduría, el juicio y la reverencia que exige.
No me propongo detenerme en las últimas etapas de la enseñanza de las ciencias naturales. Aquellos que tomen la ciencia como especialidad tendrán que limitar el campo, y otros se guiarán por las circunstancias, pero cualquiera que sea la línea especial que puedan seguir más adelante, tal curso de estudio seguramente debe haber alimentado los poderes de la mente, desarrollado las simpatías, disciplinado el carácter, ensanchado el horizonte más allá de las pequeñas preocupaciones que ocupan toda la atención de los ignorantes de cualquier tipo y condición. La mujer que realmente ha pensado en estas cosas, cuando viaje, verá las cosas con otros ojos, comprenderá lo suficiente como para beneficiarse de la compañía de hombres capaces y reflexivos […] y seguramente habrá aprendido la primera lección de sabiduría, la humildad que reconoce que todo lo que sabemos es como nada en la presencia del Infinito, que si alguien piensa que sabe, no sabe nada.»
Nota: La Sra. Beale se refiere a la mujer, debido a que su labor de educadora se desarrolla en escuelas para niñas.
Sé que para los años superiores la noción práctica de la pedagogía en nuestro idioma necesita tiempo para encontrar programas, planeaciones y recursos, sin embargo, de acuerdo a la implementación de la Srta. Mason en sus escuelas, los años superiores lucían aproximadamente así:
(La siguiente información es un intento de proveer información específica a quienes están en los años superiores y carecen de orientación en cuanto a implementación. Los recursos disponibles en inglés son muchísimos y algunos se ciñen incluso en el conteo de número de páginas asignadas en las escuelas de la Srta. Mason. Mi objetivo es al menos dar un panorama que permita a las familias hispanohablantes agarrar los principios fundamentales y acomodarlos a sus posibilidades y realidad)
Años 1-3
Libros vivos sobre el “conocimiento de la naturaleza” que serían esos relacionados con los estudios de naturaleza, o que despiertan el interés del niño por el mundo natural y mucho tiempo al aire libre.
Años 4-6
Un libro sobre el “conocimiento de la naturaleza”.
Un libro de ciencia formal. Ya sea uno solo que explore de manera general una buena muestra de todas las materias científicas formales, o varios libros cortos de diferentes temas de ciencias formales a lo largo del año. Algunos ejemplos de ciencias y temas: astronomía (constelaciones, galaxias, fenómenos astronómicos, atmósfera, etc) física (del tiempo, ondas, imánes)
geología (rocas, minerales)… en lo posible con algunos experimentos relacionados a los temas.
Años 7-11
Los estudiantes deberían continuar leyendo un libro sobre la naturaleza en temas más específicos y teniendo en cuenta la necesidad currícular de cada familia; quizás más enfocado al área de la biología o botánica, áreas bastante amplias. Y luego podría adicionarse uno o dos libros más de ciencias formales.
Pensando en las características acádemicas de nuestra comunidad, se me ocurre que para llevar a acabo esto, puede valerse de uno o dos libros/guías de ciencia formales, por ejemplo: física y/o química que son las asignaturas comunes en los círculos acádemicos hispanohablantes durante los años superiores (abarcando por años los temas específicos necesarios) y uno que varía por trimestre (o periodo personal de elección) de astronomía, electrónica, clima, etc.
De esta manera estaría leyendo un libro sobre temas de biología, uno correspondiente al área de química, uno al área de física, y uno sobre otra ciencia de su elección que varía por periodos escogidos por cada familia. (Aproximadamente cuatro libros)
Otras Alternativas
Otra alternativa más flexible y en caso de que la familia no esté ceñida estrictamente al régimen académico de su país o programa en particular; las ciencias formales como física y química pueden rotarse junto con las otras ciencias de elección. Siendo así la variedad de temas a elección libre de cada familia, y manteniendo biología por su amplitud tématica durante todo el año. Para el abordaje de estos temas se puede hacer uso de biografías, y libros vivos que se puedan encontrar por temas específicos.
Año 12
En este último año se asignaba un título adicional.
Para hacernos una idea de que leían en este nivel en las escuelas de la srta. Mason, tomo la referencia de Nicole Williams[2] a partir de su investigación: «leyeron sobre la vida animal de Thomson, El cuerpo humano de Macfie, un libro de ciencia general, un libro de geología y un libro de astronomía. «
Algunas anotaciones y recomendaciones
Si vienes de usar otro método educativo o simplemente sabes que ésta sería una práctica bastante extraña dentro de tu hogar, es importante que empieces en calma y con la conciencia de que es un proceso. En mi caso, empezamos aún con la sola exposición al aire libre, al disfrute, a la formación de esa relación primaria vital, para poder ver luego con ojos más observadores.
Si deseas explorar un programa de referencia de Ciencias naturales diferente al de Ambleside Online, te recomiendo la página web de Nicole Williams: sabbathmoodhomeschool
Si tienes alguna pregunta o duda, házmelo saber en los comentarios. Me despido con un abrazo sincero hasta la próxima ocasión.
Referencias:
- Mason, Charlotte M. Home Education,1886, p. 57-58
- Mason, Charlotte M. School Education, 1904, p. 236-238
- Bestvater, Laurie. The living page. Keeping notebooks with Charlotte Mason. 2013, p. 17-24
- The Parents’ Review, volume 63, p. 142
- The Parents’ Review, volume 9, p. 137 [1]
- Parents’ Review, vol. 41, 1930
- Williams, Nicole. Natural History: Implementing Special Studies. Artículo publicado en la página web de Charlotte Mason Insitute. April 12, 2015. [2]
- Charlotte Mason Living Science. Por Nicole Williams. Publicado en sabbathmoodhomeschool.com
Muchas gracias por compartir ésta información tan útil🌼
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