Plutarco. Introducción y recomendaciones.

«Si queremos ofrecer ideas por medio de la historia antigua en forma de biografía, llegamos de inmediato a Plutarco, el príncipe de los biógrafos. Llevamos a los niños directamente al manantial y les presentamos a este querido anciano deliberado, que de forma pausada les contará historias deliciosamente gráficas en un lenguaje sencillo y que no omitirá un solo detalle, de modo que incluso el niño no tendría más preguntas por hacer. Además, el propio Plutarco era un pedagogo, tenía grandes ideas sobre las responsabilidades de los padres, la formación de los hijos, y también sobre las responsabilidades de los estadistas y ciudadanos, de modo que, aunque las «Vidas» no fueron escritas para niños, sí son admirablemente adecuadas para este propósito.» P. R. Miss M. Ambler. Vol. 12, 1901

Para la mayoría de nosotros, quienes hemos empezado este camino de educación en el hogar bajo el método de Charlotte Mason, hemos escuchado por primera vez con curiosidad y desconocimiento el nombre de PLUTARCO. Nos hemos preguntado si es una asignatura en sí misma, una filosofía o es historia. Lo cierto es que en el volumen VI de su obra magistral Charlotte Mason expresa que Plutarco dentro de la categoría de Ciudadanía, estaría complementando el área de historia.

CIVISMO/CIUDADANÍA: «Como la literatura, los estudios cívicos también son de apoyo a la historia. Encontramos las Vidas de Plutarco extremadamente inspiradoras. El maestro las leerá (omitiendo lo necesario) y serán narradas con gran ánimo por los niños. Los niños, así como nosotros, deben ver la vida presentada por Plutarco como una entidad completa si han de sacar provecho. Al mismo tiempo, debemos protegerlos de la maldad y la grosería a través del medio literario que usemos para enseñarles. Un periódico no está al mismo nivel que Las Vidas de Plutarco, aunque posiblemente veamos la misma clase de incidentes en ambos. El niño, o niña, de diez a doce años, que está íntimamente relacionado más o menos con una docena de Las Vidas de Plutarco, tan íntimo que éstas influencian sus pensamientos y su conducta, ha aprendido a poner a su país como prioridad y a ver al individuo en relación al servicio que le rinde o no al Estado. Es así como recibe su primera lección en la ciencia de la proporción». De mente a Mente. Karen Glass.

Me temo que con Plutarco necesitaré al menos dos entradas, y es porque me gustaría primeramente junto con ustedes aprender y abrazar las razones para incluir estos estudios en nuestra formación educativa hogareña. Primero, porque es importante implementar las asignaturas a conciencia y desde el conocimiento que la respalda, y segundo, porque nos ayudará a perseverar. Es curioso que en la cita de de la señorita M. Ambler, al inicio de la entrada menciona que es un «lenguaje sencillo», y me hace pensar que, quizás los años que nos separan han hecho una gran diferencia en cómo vemos y sentimos el lenguaje, y desde mi experiencia, he notado que se requiere al inicio acostumbrarse a la voz de Plutarco, familiarizarse con ciertos términos propios de la época, y ayudarnos con algunos materiales complementarios que iluminen la belleza de sus escritos.

Y es que no solo Charlotte Mason veía la importancia de los escritos de Plutarco, para la formación ciudadana, sino, que también en la actualidad podemos encontrar estudios académicos al respecto de sus escritos como fuentes vitales para la formación de los gobernantes. Una muestra de estos puede ser el artículo de Ricardo Rovira Reich von Häussler, de la Universidad de Navarra, titulado: Plutarco y Jenofonte: formadores para gobernantes de hoy, donde reelabora algunos elementos publicados con anterioridad. El dice:

«Dentro de los autores a los que podría recurrirse para instrumentar un programa de formación para el gobierno apoyado en el vigor intelectual de los clásicos, actualmente viene resurgiendo la egregia figura de Plutarco de Queronea.[…]Es el maestro ideal para introducirnos en la ciencia antigua de la formación de buenos gobernantes, y en la observación crítica y el análisis evaluativo del desempeño en las tareas de dirección en la vida pública».

«Y cuando quiere explicar la motivación última de sus Vidas paralelas, advierte –en el exordio a la de Pericles– que no quiere hacer historia, sino ofrecer unos ejemplos que, a él mismo y a sus lectores, les instruyan y les muevan a seguirlos. Si, tratando sobre la naturaleza del Derecho, Aristóteles sostiene que hay que atender a las dos dimensiones que tienen las leyes, su valor normativo y su valor pedagógico (muestran al pueblo lo que es bueno), en Política es igualmente importante la función social del buen ejemplo de los ciudadanos y sus gobernantes. Pero el buen ejemplo ha de venir primero desde arriba: verba movent, exempla trahunt (las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran, reza el antiguo adagio)».

Me gustaría compartir adicionalmente y como abrebocas, algunos extractos de varios artículos de la revista educativa que circulaba en las escuelas de la Srta. Mason, The Parent´s Review.

El Primero corresponde al de la señorita R. A. Pennethorne, en su artículo titulado: «Los principios de la P.N.E.U. representados en la enseñanza». [P.N.E.U. Principles As Illustrated by Teaching].

«Consideremos a continuación la Historia profana (secular). ¿Qué le pediríamos que hiciera por nuestros hijos? Sin duda, que les dé ideas heroicas, corazones llenos de fraternidad, patriotismo y el deseo de hacer y ser para el bien de los demás. Que el pasado esté poblado de nobles ejemplos, queridos amigos y terribles advertencias, no en vano «Boney» sustituyó a «bogey» en la guardería. Queremos que los niños aprendan sus lecciones de historia, no «Guillermo el Conquistador, 1066», sino de los tratos de Dios con la humanidad, la secuencia de causa y efecto; queremos entrenar su juicio moral, para que puedan poner el motivo antes que el hecho, y no calificar a todos los hombres con pequeñas etiquetas de buenos o malos. En resumen, queremos que vean, atisbando a través de las brumas de tiempos pasados, «el propósito que se ha propuesto sobre la tierra», para que puedan desempeñar su papel en el avance, y no en el retraso, del desarrollo final del mundo de Dios.

Para hacer todo esto, les presentamos las historias de vida de grandes hombres, de los cuales, el primer gran escritor, Plutarco, nos ha dejado un maravilloso almacén de grandes ideas y ejemplos, mostrando cómo la vida del individuo es la vida del estado, y que donde los estándares privados son altos o bajos, la moralidad pública se mantiene o cae; así, sería posible rastrear gran parte del desmoronamiento gradual de las colonias militares romanas hasta el ejemplo de «Marco Antonio», y dos vidas como las de Catón el Censor y Alcibíades harán mucho para enseñar a las generaciones futuras lo bueno o malo que un hombre puede hacer por su tiempo». P.R. Volume 10, 1899, pgs. 549

Este segundo extracto corresponde al artículo escrito por F.H. Colson, M.A Titulado: Plutarco «Sobre de la formación de los niños»: El ensayo más antiguo sobre la educación en el hogar». [Plutarch «On the Training of Children»: The Earliest Extant Essay on Home Education]. En el presente no se habla precisamente de su obra Vidas Paralelas, sino de otros de sus escritos que nos revelan que su aporte se extiende a otras áreas como lo menciona la señorita M. Ambler en la cita del inicio de la entrada.

«El Imperio Romano del siglo I d.C. no es una sociedad a la que se le atribuyen ideas sociales y filantrópicas elevadas. Su depravación y desesperanza son temas habituales del púlpito, y debe admitirse que la época nos ha dejado una estimación tan baja de sí misma, que no puede quejarse si se toma por verdad. Por lo tanto, el estudiante ocasional a veces se sorprende al encontrar que el primer siglo figura como una gran época educativa. Sin embargo, así es. Por no hablar del hecho de que fue un poeta del siglo I quien pronunció el gran dicho de que «la mayor reverencia se debe a los niños», es a este mismo siglo al que podemos remontar el origen de la educación estatal. Vespasiano, si no recuerdo mal, fue el primer monarca que pagó a los maestros de escuela con fondos públicos. Por encima de todo, este mismo período nos ha dado los dos primeros tratados formales sobre educación: la gran obra de Quintiliano sobre la formación del orador, cuyos dos primeros libros son un encargo a los maestros de escuela, y el ensayo de Plutarco «Sobre la educación de los niños», que es un encargo a los padres. Plutarco, que aunque quizás sea conocido por la mayoría de la gente como el príncipe de los biógrafos, fue un escritor muy prolífico sobre temas generales, comienza su ensayo exhortando a los padres a la templanza y la castidad antes y durante el matrimonio por el bien de los niños que aún no han nacido. Luego se lanza a la educación propiamente dicha, con lo cual hay que observar que no se refiere a la «escolarización», sino a toda la formación de los niños: física, mental y moral. Tal vez sería tedioso dar cuenta de todo el ensayo. Estos son algunos de los puntos más destacados.

Tres cosas forman el carácter: la naturaleza, la instrucción y el hábito. Es un gran error sobrevalorar el primero de ellos, y pensar que debe ser primordial. De hecho, la instrucción es mucho más fuerte que la naturaleza.[…]La educación infantil no debe dejarse al azar. Incluso los cuentos de hadas que escuchan nuestros hijos deben seleccionarse cuidadosamente.[…] En cuanto al curso de instrucción, la filosofía es lo principal. Por filosofía Plutarco se refiere a lo que deberíamos llamar educación moral y religiosa. “La filosofía nos enseña”, dice, “lo que es honorable o deshonroso, justo o injusto, a reverenciar a los dioses, honrar a los padres, respetar a los ancianos, obedecer las leyes, someterse a los gobernantes, amar a nuestros amigos, ser castos con las mujeres, bondadoso con los niños y evitar la insolencia con los esclavos». Sobre todo, nos enseña la lección de mens aequa [ecuanimidad] en todo. Mientras que, entonces, el hijo de un caballero debería tener algún conocimiento de la «enciclopedia», o curso regular de estudios liberales, la filosofía es la raíz del asunto; “Porque es bueno recorrer muchas ciudades, pero fijar su habitación en la mejor de todas”.

[…] Bajo criterio de Plutarco, la parte más importante de la educación debe ser llevada a cabo por los padres personalmente. Ahora bien, ¿puede sostenerse que esta idea más amplia de la educación es realmente aceptada en la Inglaterra moderna? Yo creo que no. De hecho, creo que fue en gran parte para difundir esta concepción más elevada de la educación por lo que se crearon la Parents’ Review y la Parents’ Educational Union. Recuerdo que en la primera reunión de esa Sociedad, el presidente, él mismo un director de escuela, dijo que el resultado del debate era reducir al director de escuela a lo que sin duda era su posición legítima, una de insignificancia. Las palabras fueron pronunciadas y recibidas con humor, pero en realidad son poco más que una sobria verdad. Por alta que sea nuestra vocación, comparada con la de los padres es casi insignificante. Por pesada que sea nuestra responsabilidad, comparada con la del padre, no es más que el peso de una pluma. No podemos liberar al padre, ni hacer expiación a Dios por él».

En cada mención les dejo los enlaces correspondientes a quienes deseen leer a plenitud cada artículo mencionado. Yo me quedo muy animada y con un «por qué» muy firme para introducir a Plutarco en nuestro programa.

En la próxima entrada les compartiré todo lo relacionado a la implementación, es decir, los años y grupos académicos en que se debería iniciar con Plutarco, los recursos que pueden complementar sus lecciones, y cómo se veía Plutarco en los programas de las escuelas de la Srta. Mason.

Recomendaciones para iniciar:

Algunos educadores veteranos y programas basados en Charlotte Mason nos dan las siguientes recomendaciones: