Cultura Materna

Ya no Sufro la Maternidad

Proyectos de Crochet Tapestry

Yo dejé de «sufrir» la maternidad, desde el día en que entendí que ella no era un obstáculo sino más bien el camino para crecer; que mi educación y crecimiento personal era algo permanente y que a pesar, que los tiempos de la vida cambian como las estaciones del año, siempre hay algo que puedo hacer por mí y a la vez para los míos.

Se abrió ante mí una puerta de intereses personales, me hice consciente de ese apetito por aprender y hasta retomar lo abandonado. Noté, cómo mi familia empezó a crecer conmigo. De repente, los minutos y pequeños espacios libres se hicieron más evidentes. Y ahora, entiendo que en mi caso sólo fue cuestión de perspectiva.

Ha dejado de ser un tiempo opcional, más bien se ha convertido en parte natural de mis días, así como el comer y el vestir. Deseo que mis chiquis, a lo largo de los años, se den cuenta que ellos no me impidieron crecer, sino, que juntos nos embarcamos en el bus de la vida con Dios y abrimos nuestros ojos para ver por la ventana sus misterios y verdades desde todas las perspectivas. Que siempre hay un espacio para nutrir el alma y la mente, contemplar su creación divina, escudriñar su palabra, y glorificarle a través de los dones que nos ha concedido.

La maternidad, no es una oportunidad para victimizarse, ni alardear de nuestros sacrificios, tampoco es algo que debamos poner en un puesto alto como el único y mayor logro u oficio digno. No, es un medio más en el que Dios continua como alfarero trabajando en nuestras vidas, un rol maravilloso que sólo brilla cuando su luz no proviene de nosotras mismas sino de Aquel de quien proviene nuestra suficiencia.

«Y esta confianza tenemos hacia Dios por medio de Cristo: no que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios»

2 Corintios 3:2-5

Es cierto que siempre estuve esperando el tiempo perfecto para hacer esto y aquello, pero ahora pienso, en qué puedo hacer con lo que tengo y con lo que soy hoy. Esto me permite no codiciar más tiempo, más recursos, más energías, y abandonarme en la frustración y en la abnegación involuntaria de mis limitaciones. Más bien, creo que el camino del contentamiento nos invita a mirar con recursividad lo que Dios ha provisto para nuestro presente.

Quiero terminar con un extracto del segmento «Aprender en Tiempos de Guerra» de C. S. Lewis:

«Una actitud más cristiana, que se puede alcanzar a cualquier edad, es la de dejar el porvenir en manos de Dios. Deberíamos, porque ciertamente Dios lo retendrá ya sea que se lo dejemos a Él o no. Nunca, ni en la paz ni en la guerra, comprometas tu virtud y tu felicidad al futuro. El trabajo feliz, lo hace mejor el hombre que asume sus planes a largo plazo con cierta ligereza y trabaja poco a poco «cómo para el Señor». Únicamente se nos anima a pedir por nuestro pan diario. El presente es el único tiempo en el cual se puede cumplir cualquier deber o se puede recibir cualquier gracia.»

Deseando sinceramente que estas palabras te lleven a revisar la perspectiva de tu presente y hacer de lo que tienes hoy «como para el Señor»…. Un abrazo fuerte.

4 respuestas a “Ya no Sufro la Maternidad

  1. Maria Elena; estas reflexiones vuelven mis pies a la tierra, el Señor es todo suficiente en el presente para mostrarme mi absoluta necesidad de su sustento en el día a día, para saber vivir con los recursos que El mismo me ha regalado, sin ese sentimiento de insatisfacción y frustración que se cuela por mi mente. Agradecida por sus palabras.

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