Teatro español: La vida es sueño. Calderón de la Barca

«¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.»

Después de un largo espacio, ha llegado el momento de acercarnos con mayor detenimiento a obras literarias y otros recursos propios de nuestra maravillosa lengua española. Justo en este momento que transitamos por las ligas de la educación secundaria, el camino nos lleva a encontrarnos con los grandes clásicos: Plutarco, El Lazarillo de Tormes, Cervantes con su inigualable Don Quijote de la Mancha y, por supuesto, el título que inspira esta entrada: La vida es sueño, de Calderón de la Barca.

Como comunidad hispanohablante, tenemos el privilegio y la responsabilidad de acercar a nuestros jóvenes a una de las obras teatrales más luminosas del Siglo de Oro. En ella, el verso se convierte en espejo de la condición humana y nos invita a reflexionar sobre la libertad, el destino y la misteriosa frontera entre el sueño y la realidad. Es, sin duda, una joya sin desperdicio.

En este sencillo espacio estaré compartiendo un poco sobre el autor y la obra y, por supuesto, algunas recomendaciones que puedan ayudarles a tener una grata y significativa experiencia junto a sus estudiantes.

En el corazón del Siglo de Oro español, Pedro Calderón de la Barca dio vida a una de las obras más profundas y universales del teatro: La vida es sueño. Ambientada en una Polonia imaginaria, la historia gira en torno a Segismundo, un príncipe que ha sido encerrado desde su nacimiento por orden de su padre, el rey Basilio, quien teme que una profecía lo convierta en un tirano. Aislado del mundo, Segismundo crece sin conocer su identidad ni su destino, hasta que un día es liberado para poner a prueba su naturaleza. A su alrededor se mueven personajes clave como Clotaldo, el fiel consejero del rey; Rosaura, una mujer que llega al reino en busca de justicia y cuyo destino se entrelaza con el del príncipe; y Astolfo y Estrella, nobles que representan la ambición y el poder en juego en la corte.

«El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre.»

Federico García Lorca

Apuntes prácticos y experiencia

Después de acercarme a esta maravillosa obra junto con mi estudiante de 15 años, que cursa noveno grado, sigo confirmando la importancia de exponer tempranamente a nuestros hijos a la poesía. El hecho de que estén familiarizados con la lectura y la memorización de versos ayuda enormemente a asimilar esta obra de teatro y a disfrutarla con mayor confianza.

«A reinar, fortuna, vamos; no me despiertes, si duermo;
Y si es verdad, no me aduermas. Mas, sea verdad o sueño,
Obrar bien es lo que importa; Si fuere verdad, por serlo;
Si no, por ganar amigos para cuando despertemos.»

La lectura previa por parte del educador es sumamente importante: empaparnos de la historia con anticipación y conocer la forma en que está escrita nos permite prever posibles dificultades y buscar los recursos o herramientas que serán necesarias para nuestro estudiante. Para ello, también resulta fundamental escoger una buena edición que incluya una introducción y análisis de la obra, y/o preferiblemente una edición económica que permita escribir y tomar notas, agregar sinónimos o realizar observaciones. Nosotros usamos la edición de Penguin Clásicos.

A partir de nuestra experiencia, recomiendo leer la obra en voz alta, en porciones cortas, varias veces si es necesario e invitar al estudiante a expresar con sus propias palabras lo que ha leído. Esto no debe hacerse como una lección formal, sino como una lectura compartida y acompañada. Tampoco es necesario entender todas las líneas ni realizar este ejercicio con rigidez. Como sucede con cualquier lectura, el contexto va ayudando a formar la idea de lo que está ocurriendo y permite disfrutar del proceso sin presiones.

Darle contexto al estudiante —mencionando con anticipación los personajes y quiénes son— puede facilitar enormemente la comprensión de la obra.

“Nace, en efecto, Segismundo,
hijo mío, y cuando el cielo
su influjo imprime en su estrella,
yo, al ver el riesgo, el recelo
del daño que pronosticaban
sus aspectos, considero
que al hombre más desdichado
no es bien dejarle el albedrío
para que pueda escoger
entre el bien o el mal su intento.
Y así, movido del miedo
de su condición violenta,
le mandé encerrar primero
en una torre, por ver
si el sabio proceder nuestro
podía vencer al hado,
y la razón al acero.”

Se me ocurre que puede ser muy útil mirar o leer previamente algunos resúmenes de la obra, tal como se sugiere en ciertos círculos educativos para las piezas de Shakespeare. Y sin duda está la oportunidad de de abrir espacios para conversaciones ricas en reflexión sobre los temas que van surgiendo a lo largo de la lectura.

También puede ser una gran experiencia culminar el proceso mirando la obra teatral representada. En este momento no tengo un recurso concreto, ya que recién estamos terminando nuestra lectura, pero he encontrado una versión completa disponible en la web que tengo pendiente por revisar. Aun así, compartiré algunas recursos, un video y una ponencia que incluyen introducción, contexto y sugieren algunas adaptaciones reconocidas que quizás puedas conseguir y mirar con tus estudiantes.

• Video LA VIDA ES SUEÑO (Calderón de la Barca) del canal de No solo clásicos.
• Ponencia El gran teatro de Segismundo del canal Fundación Juan March
• Artículo académico Meditaciones pedagógicas sobre <La vida es sueño>. Pedro Calderón de la Barca de José María Callejas Berdonés.

Puedes hacer diagramas visuales como este para entender mejor cómo se relacionan los personajes de la obra. Fuente.

Si tienes alguna pregunta o sugerencia respecto a esta obra no dudes en dejarla en los comentarios y así enriquecer en comunidad nuestra práctica educativa. Espero que esta corta entrada haya sido de inspiración o recordatorio para empezar a explorar estas obras clásicas de nuestra lengua española.

¡Abrazos!